Para que no parezca irreverente, empezaremos como el propio autor, aclarando qué lugar, exactamente, es un "carajo". Se trata, simplemente, del punto más alto del palo mayor de los antiguos barcos de vela, donde enviaban a los marinos por mal comportamiento. De ahí se acuñó el famoso término de "al carajo" o "p'al carajo", que no es, como puede verse, una palabra malsonante. Ahora ya saben ustedes que vamos a hablar desde el sentido del humor, distendidamente y no por eso menos en serio, de cómo librarnos educadamente de quien nos molesta.
Lo mismo se propone el autor de "Cómo mandar a la gente al carajo", César Landaeta, psicólogo clínico venezolano: utilizar el humor ácido y el ingenio,mezclado con la elegancia en los modales, para enseñar a su público a deshacerse de todo aquél personaje molesto, insidioso o decididamente insufrible que se cruce en sus vidas, del modo más sutil pero firme posible.

Autoayuda con humor

Con la provocación del título, ya entramos en esa idea auto-liberadora que nos tienta a todos ante alguien que nos incordia y a quien no sabemos cómo despedir de nuestra presencia. La buena educación nos frena, a menudo, y aguantamos el "chaparrón" dialéctico de personas que nada nos aportan y que se equivocan en sus planteamientos o que, simplemente, gustan de incordiar, abusando de nuestra prudencia y nuestra paciencia.
El doctor Landaeta comienza planteando al lector el reto de autodefinirse, de “ponerse de acuerdo consigo mismo” sobre su identidad, gustos, deseos, etc. Aquí vemos ya un método sutil de maniobra de autoayuda: buscar en el propio interior para saber lo que deseamos o lo que nos molesta, lo que es tolerable y lo que no. Y, sobre esto último, el libro nos muestra cómo detectarlo y, más adelante, cómo gestionarlo para librarnos de determinado tipo de personas, sin parecer groseros.
Cierto que, lo más tentador y directo, en esas ocasiones en que nuestros nervios y nuestro temple son puestos a prueba, es mandar “al carajo” o sitio similar a nuestro interlocutor. Cierto también que, en la mayoría de ocasiones, si no siempre, es poco conveniente hacerlo. Descubramos entonces qué puede ofrecernos, con humor, el sentido del ingenio.

Aprender a detectar el peligro

De base, se parte de dos puntos introductorios, al parecer imprescindibles, para mentalizarnos a no soportar más a los pelmazos:
  1. No ande por ahí aguantando cólicos psicosomáticos. Aprenda a ubicar las sensaciones corporales al contacto con los demás. El miedo, tristeza, rabia, etc. son señales de esas malas compañías. La alegría se siente en todo el cuerpo.
  2. El feeling, las vibraciones nos indican. Observe y guíese por su instinto, si le da un resultado negativo, ya sabe lo que tiene que hacer…¡Al carajo!
Y nos recomienda diez máximas que forman otros tantos capítulos:
  1. Establezca lista de prioridades
  2. Ponga límites
  3. Instale sistema de detección de señales
  4. Adiós a la aprobación: desprogramando
  5. Bajar los niveles de tolerancia
  6. No se deje intimidar
  7. Evolucione, cuidado con la costumbre
  8. Mantenga la elegancia
  9. Seleccione los estímulos: ignore lo inútil.
  10. Escoja su tipo de soledad y disfrútela.

El punto de vista del autor

En la promoción de su libro, allá por 2007, decía César Landaeta que, aprender el método que propone en su obra "es fácil, solo hay que aprender el sutil arte de desorientar al individuo impertinente. Hay que analizar la línea lógica en la cual se desenvuelve su discurso y romperla con una frase o una actuación completamente inesperada".
Aseguraba además que no hay que ser para ello grosero, violento o caer en el vocerío, sino guardar las formas sin por ello callarse una opinión desfavorable del interlocutor o lo que plantea: "No se trata de una burla feroz y abierta, porque eso representaría una clara agresión, con lo cual el contrario quedará autorizado para devolverla de cualquier forma. Se destruiría por completo la diversión y sería uno el que se iría rápida y tal vez, involuntariamente, al carajo".
Comunicación sincera, pero educada, y esperar que los demás tengan la misma forma de captar la ironía. Y sepan encajarla.

César Landaeta y sus libros

Psicólogo clínico, graduado en la Universidad Central de Venezuela, y con un Postgrado en Psicología Clínica en la University of Southern California, USA, César Landaeta trabajó para el Servicio de Higiene Mental J.M. de los Ríos, en Caracas, hasta 1995.
Es especialista en Juventud y Familia, y miembro fundador de la Sociedad Venezolana de Psicología de la Salud, así como asesor de varias instituciones educativas de su país. Como Consultor de mejoramiento personal, colaboró en empresas como J.W Marriot y Motorola, en Caracas.
A escrito varios libros, como “Al infierno se va en pareja”, “Homo Erectus”, “Esos monstruos adolescentes”, “¡Mujeres!, ¿Hadas celestiales o brujas venenosas?”, “¡No sea usted tan pendejo!” , así como el presente “Cómo mandar a la gente al carajo” que lleva ya varias ediciones.
Trabaja de terapeuta en su consulta privada, y colabora habitualmente en varias revistas especializadas en temas humanos.